Para las ensaladas de invierno uno de los ingredientes estrella es la escarola. El invierno es su temporada predilecta, es cuando la escarola nos aporta la su mayor esplendor y calidad. En la antigüedad la escarola se consumía como sustituta de la lechuga en los meses de invierno, más fríos, por su resistencia a las bajas temperaturas.
La escarola es una verdura de bajo poder calórico (sólo 24 Kcal por cada 100 g.). Esto es debido a su bajo contenido en nutrientes energéticos, como para con la mayoría de las verduras. Su contenido en hidratos de carbono es muy bajo, sólo unos 3 gramos por 100 g de porción comestible, y el de lípidos es prácticamente inexistente, muy rica en agua. Cerca de un 95% es agua, de ahí que sea un alimento ligero y saciante por su importante contenido en fibra.
Las hojas de la escarola son ligeramente amargas, nacen del cuello de la planta. Los principios amargos de sus hojas llamada intibina, estimulan el apetito, favorecen la digestión y aumentan la actividad de la vesícula biliar.
Consumirla es una excelente opción para mejorar tu salud secundando, al mismo tiempo, a nuestros productores locales
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- Fresco
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